La supervisión de obra es un elemento crucial cuya ausencia o poco profesionalismo deriva en el fracaso de los proyectos. Muchas personas creen que las dificultades estructurales derivan de un mal diseño o materiales de baja calidad, sin embargo, un porcentaje se derivan de negligencias durante las supervisiones.
Los expertos en supervisar, tienen que hacerle frente a problemas, conflictos producidos por la interacción entre involucrados y problemas técnicos, por lo que requieren muchas competencias y habilidades, entre ellos, valores y comportamientos para ejercer su labor y garantizar resultados de calidad.
Importancia, funciones y relaciones con otros elementos
La supervisión, implica la dirección e inspección de labores realizados por otros. Su función es garantizar que se cumplan los propósitos y requisitos de los planos de manera fiel y con la consideración de las especificaciones. En los proyectos de construcción, es necesario que existan individuos que se orienten a la función administrativa de la dirección, que deleguen funciones y establezcan óptimos canales de comunicación con el capital humano. Los supervisores también participan en el ejercicio del control y en la responsabilidad de que la calidad y tiempo estimado se adecuen a lo planeado.
Su labor se relaciona también con el control de los costos y posee una responsabilidad moral y legal relacionada con la seguridad e higiene del personal de construcción, asimismo, con las posibles externalidades medioambientales derivadas de los procesos constructivos. La supervisión es crucial, sin embargo, sus funciones se efectuarán con efectividad con el respaldo de la dirección empresarial, la cual será la encargada de propiciar las condiciones operativas más adecuadas. Un ejemplo es el siguiente: si las constructoras no establecen políticas de seguridad ni proporcionan recursos necesarios para los proyectos en cuestión, los supervisores no podrán laborar con eficiencia.
En algunos casos, la función de supervisar obras es ejercida por los propietarios o constructoras, sin embargo, debido a que implica muchas responsabilidades y requiere conocimientos detallados sobre normativas e ingeniería, recurren a la contratación de personal externo. Se trata de la opción más conveniente, pues implica especialización y experiencia y el más mínimo error puede repercutir en los resultados.
Los propietarios de los proyectos, mediante la contratación externa, colocan a un profesionista en la obra que funge como representante y que se encarga de vigilar, controlar y revisar los trabajos, además, aprobar las estimaciones. Las funciones de los supervisores externos son más limitadas, debido a que implican mayor especialización.
La supervisión de obra procede de tiempos remotos e incluso hay documentos que corroboran su existencia en la antigüedad. Un ejemplo puede observarse en un documento del siglo I d.C. donde el comisionado de aguas Sixto Frontino señaló la importancia de que haya alguien que vigile a los obreros en las obras de aguas para que cumplan con las «normas del arte».
Dejó en claro que aunque los obreros conozcan su labor, no siempre cumplen con los requisitos para producir obras de calidad. Otro ejemplo es Jacob Feld, cuyo foco de investigación eran las fallas estructurales en construcciones de hormigón. Descubrió a partir de sus estudios una tesis sencilla que actualmente orienta la labor de los supervisores: la clave para prevenir las fallas es contar con una supervisión estricta y de alta competencia.
Las investigaciones que han corroborado que los problemas de seguridad y servicio no proceden del diseño ni de los elementos utilizados, sino de la ejecución de las obras. Un porcentaje sugiere que aproximadamente el 50% de las fallas derivan de una mala ejecución. La cifra destaca la importancia de la supervisión, la cual influye en gran medida en las fases de operación y mantenimiento de los proyectos y puede provocar altos costos o ineficiencia en el uso de las construcciones.
La supervisión de obra, para ser efectiva y ofrecer excelentes resultados, requiere diversas actividades que deben manifestarse de manera ordenada, programada y sistemática. Tienen que hacer énfasis en la prevención para evitar que las obras sea trabajadas más de una vez, lo que deriva en altos costos, tiempos de ejecución largos y problemas de calidad. La prevención tiene por finalidad considerar con detalle los requisitos de las actividades antes de ser ejecutadas, por ejemplo, corroborar la calidad de los materiales antes de ser utilizados o realizar pruebas en elementos constructivos para que no causen deficiencias en el sistema.
La verificación es importante pues permite la inspección sistemática de las actividades según su nivel de importancia. Si no cumplen con los requisitos, los supervisores deben contar con planes correctivos que deben establecerse durante la creación de los planes de prevención. Si bien es útil la corrección, debe evitarse por los inconvenientes de costos y tiempo, además, porque sugiere insuficiencias y fallos en las acciones de prevención.
La supervisión debe estar a cargo de un ingeniero con amplia experiencia en topografía México. Ellos poseen las competencias necesarias para garantizar la calidad de las obras, prevenir riesgos, garantizar la seguridad del personal y el uso eficiente de las construcciones. Las más importantes son: técnicas, valores, actitudes positivas y habilidades interpersonales.
- Competencias técnicas. Se trata de las más solicitadas y las más distinguidas entre los ingenieros. Quienes más las poseen son más competitivos para ser supervisores. Algunas son: conocimientos sobre los procedimientos constructivos y materiales, lectura de planos y cuantificación de recursos. Implica conocimiento de mayor especialización, por ejemplo, instalaciones hidráulicas o eléctricas, maquinaria pesada, revestimientos, etcétera.
- La incompetencia técnica no es la única causante de fallos en los proyectos, también por la falta de ética profesional. La supervisión implica compromiso y responsabilidad para no perjudicar su imagen, la de sus clientes y asegurar a los obreros durante el proceso constructivo. Otros valores importantes para la supervisión es la fidelidad y la lealtad hacia los propietarios, representar sus intereses y evitar los personalismos. La congruencia, honestidad y justicia también son importantes para procurar relaciones estables en los equipos.
- Habilidades interpersonales. Los supervisores tienen a su cargo a los recursos humanos, por lo que es importante que se procuren buenas relaciones interpersonales a través de habilidades como liderazgo, autoridad y responsabilidad. Lograr una buena dirección de la obra requiere una orientación adecuada del comportamiento de los subordinados y fomentar un espíritu de solidaridad y cooperación. Las habilidades interpersonales aseguran que el liderazgo no derive en problemas y se eviten conflictos internos que pueden afectar el proyecto.
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